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Oxígeno suplementario

Aproximadamente 21% del aire que inhalamos es oxígeno. Con cada calada, sus moléculas ingresan a nuestras fosas nasales y surcan las vías aéreas altas y bajas hasta alcanzar los alveolos en la porción más distal. Estas estructuras con forma de saco comparten una membrana muy fina con los capilares circundantes, a través de la cual ocurre el intercambio de gases de forma pasiva, por diferencia de concentración. El dióxido de carbono de los capilares se mueve a la luz alveolar y el oxígeno alveolar se mueve a los capilares. El nitrógeno, indiferente a la membrana, permanece en la luz, evitando el colapso alveolar.      La mayor parte del oxígeno que llega a la sangre es capturado por la hemoglobina presente en los glóbulos rojos, sin embargo, una muy pequeña cantidad circula libre, generando una presión de aproximadamente 80 a 100 mmHg en el extremo arterial (1mmHg representa aproximadamente 0.003mL de O2).      En los pulmones hay un ambiente que favorece la afinidad de la hemoglobina p

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