Efectos nocivos del oxígeno

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Aún siendo un elemento tan esencial para la vida, el oxígeno tiene efectos colaterales y su abuso puede incluso llevar a consecuencias fatales, pues no escapa al razonamiento de Paracelso: "La diferencia entre un medicamento y un veneno radica en la dosis".

     Gran parte de las patologías pulmonares, como la neumonía o el asma, requieren dosis de oxígeno en algún momento, que puede administrarse mediante varios dispositivos, que van desde las cánulas nasales y las mascarillas, hasta los ventiladores mecánicos. No obstante, siempre es recomendable, como ocurre con cualquier otra sustancia, emplear sólo la dosis apropiada.

     Cuando se administran de forma excesiva, las moléculas de oxígeno pueden enlazarse y generar varias sustancias, como peróxido de hidrógeno y superóxido e hidroxilo, denominadas radicales libres. Los radicales libres tienen un efecto peculiar sobre las proteínas: las desnaturalizan y, siendo las proteínas las unidades estructurales y funcionales de las células, las propias células terminan destruidas. Para comprender esto basta con recordar el efecto del peróxido en el cabello de las chicas cuando le piden un cambio de look al estilista: le quita el color, es decir que daña sus proteínas. Esta lesión celular puede conllevar a un daño del tejido que termine en un cuadro inflamatorio con pérdida de la distensibilidad y mala difusión de gases, muy similar al Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA). En algunos casos incluso los radicales libres pueden difundirse mediante el torrente sanguíneo y provocar daño en otros órganos, tales como cerebro, riñones, intestino, etc.

     Pero la generación de radicales libres no es el único medio por el cual el Oxígeno ocasiona daño pulmonar. Recordemos que del aire que normalmente inhalamos, el oxígeno sólo representa cerca de un 21% y que la mayor parte del resto, aproximadamente un 78%, está compuesto de Nitrógeno. La membrana alveolo-capilar es indiferente al Nitrógeno, y no lo toma en cuenta cuando difunde Oxígeno hacia los capilares. Sin embargo, esta indiferencia representa una ventaja. La presencia del Nitrógeno en la luz evita que el alvéolo quede vacío y se colapse una vez se absorbe el Oxígeno. Es por esta razón que un porcentaje de Oxígeno muy alto en el aire inspirado, incrementa la probabilidad de colapso alveolar y atelectasia.

     Lo que busca este texto no es satanizar el empleo de oxígeno como terapia, pues justo ahora este maravilloso gas está salvando cuantiosas vidas en todo el mundo. Su objetivo es crear conciencia de que el oxígeno debería utilizarse con prudencia, como cualquier otro medicamento.

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Referencias bibliográficas

• Gordo-Vidal, F., Calvo-Herranz, E., Abella-Álvarez, A., & Salinas-Gabiña, I. (2010). Toxicidad pulmonar por hiperoxia. Medicina intensiva, 34(2), 134-138.
• Sola, A. TOXICIDAD DEL OXÍGENO. Neonato, 103.
• PASCUAL, L. R. 2 Oxígeno en el tratamiento de la insuficiencia respiratoria en el medio hospitalario. r: JL V, 27.
• Quijada, A. J. Oxigenoterapia.

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