Distinguiendo trastornos hepáticos con pruebas de laboratorio comunes

https://agrega.juntadeandalucia.es/repositorio/27012016/
42/es-an_2016012714_9125937/cuerpo_humano/higado.htm
El hígado es popularmente conocido como “el laboratorio del organismo”. Sus células especializadas (Hepatocitos) participan en un sinfín de actividades metabólicas y se conectan mediante un intrincado sistema de drenaje con el tubo digestivo, donde vierten el producto de sus secreciones, “la bilis”.
     Este órgano vital puede ser víctima de muchas patologías de características muy diversas, pero que pueden encasillarse en dos grandes grupos, dependiendo de lo que provocan: Algunas detienen el tránsito biliar (condición conocida como colestasis, que ocurre, por ejemplo, cuando hay cálculos biliares intrahepáticos y/o extrahepáticos) y otras provocan necrosis celular (presente en las hepatitis virales agudas o crónicas).
     El diagnóstico de todas estas enfermedades debe ser multifocal, atendiendo primordialmente a la historia clínica. No obstante, esta vez nos centraremos exclusivamente en algunas de las pruebas de laboratorio que con frecuencia realizamos a los pacientes cuya condición nos hace pensar en un trastorno hepático, concentrándonos en distinguir cómo se manifiestan los trastornos en los que hay colestasis (obstrucción) de aquellos en los que existe necrosis.

Enfermedades hepáticas con colestasis

Contrario a lo que la mayoría podría pensar, la bilirrubina directa no es la prueba más sensible para las obstrucciones biliares, debido a que, cuando existe por ejemplo una obstrucción intrahepática parcial —de hasta un 90%—, los conductos restantes pueden garantizar una eliminación de la bilirrubina directa con suficiente eficiencia como para evitar que se eleve su cuantía en sangre.
     Por ello optamos por una prueba con mayor sensibilidad: la Fosfatasa Alcalina (FA), considerada el mejor indicador de obstrucción de vías biliares. La FA está presente en los canalículos biliares y puede elevarse incluso en obstrucciones intrahepáticas parciales, condiciones en las que suele superar tres veces el valor de referencia. Sin embargo, aunque la Fosfatasa Alcalina es una prueba muy sensible, no es muy específica, debido a que también puede liberarse en trastornos óseos, renales, intestinales e incluso desde la placenta en el tercer trimestre del embarazo. Una forma de distinguir si los trastornos de la FA son debidos a colestasis es realizar una GGT (Gamma-glutamil transferasa), ya que esta enzima regula el transporte de aminoácidos a través de las membranas de los hepatocitos, por lo que también suele incrementarse en los trastornos hepáticos obstructivos.

     Pero la bilirrubina directa no es del todo inútil. Cuando se sospecha de la existencia de un trastorno hepático obstructivo puede ayudar a distinguir si el trastorno es intrahepático o extrahepático, pues tiende a elevarse en estos últimos, ya que en ellos suele haber una obstrucción cercana a un 100% del tránsito biliar.
     Las Aminotranferasas (AST y ALT) pueden hallarse elevadas, pero no al nivel que alcanzan los trastornos en los que hay necrosis. Por lo regular no sobrepasan el límite de 10 veces del valor normal.

Resumen:
Colestasis= (Fosfatasa Alcalina X3 o más) + (Elevación de la GGT) + (Puede haber Bilirrubina Directa elevada, principalmente en la colestasis extrahepática) + (Puede haber elevación de las aminotransferasas, pero sin alcanzar 10 veces el valor normal).

Enfermedades hepáticas con necrosis

Los indicadores más sensibles de una enfermedad que ocasiona necrosis hepática son las Aminotrasnsferasas (ALT y AST), que suelen elevarse más de 10 veces sobre su valor normal. Se trata de enzimas citoplasmáticas (se encuentran dentro de las células) y su elevación nos habla de destrucción celular. La AST también está presente en el músculo esquelético, el músculo cardíaco, riñones y eritrocitos, por lo que no es tan específica como la ALT para los trastornos hepáticos.
     Por otro lado, aunque la LDH tampoco es específica de los hepatocitos (también está presente en el músculo cardiaco, riñón y eritrocitos), igualmente es una enzima citoplasmática y su elevación habla de destrucción celular.
     La albúmina es una proteína multifuncional de relevancia capital en el organismo. Es producida en el hígado y suele reducirse cuando hay necrosis hepática, así como los factores de coagulación que son dependientes del hígado, lo que se manifiesta en la elevación del Tiempo de Protrombina (TP).

Resumen:
Necrosis= (Aminotransferasas X10 o más) + (Incremento de la LDH) + (Reducción de la Albúmina) + (Incremento del TP).

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Bibliografía

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