No permitamos que nos arrastre la corriente

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del-medico-militar-7270

Pese a lo noble de la aplicación de la medicina, la formación del personal médico se compone de una serie de intrincados peldaños, que no solo exigen altas dosis de estudio, sino también  muchísimo insomnio, lágrimas y sudor. El pellejo de más de una década de nuestra vida se queda adherido a este escabroso camino que, a pesar de todo, no deja de ser hermoso.

     La educación médica no para de evolucionar. De un sistema inicialmente inspirado en la formación militar -que funciona para las personas entrenadas para quitar vidas, pero es muy poco probable que sea igual de efectivo en la formación de los que pretenden salvar vidas-, hasta alcanzar mucha más humanidad en los últimos años. Sin embargo, aún quedan vestigios de esa etapa inicial, descorazonada, que arremete contra los vulnerables emprendedores que ven su sueño delante.

     No seamos parte de ese sistema obsoleto que utiliza la opresión como herramienta. Cuando alcancemos la cima olvidemos cómo nos formaron y seamos parte de la gran mejora, de la humanización de los servicios de salud; así los médicos serán cada vez más parecidos a lo que deben ser: seres que emanen sabiduría, confianza y amor.